Lo tenue de tu iluminación de Ninfa,
del líquido fuego que me anega
y en él me desbordo,blanco manantial,
muerte oscura,
muerte efímera.
Vertiginosa,
punzante como eso imposible que me subyace,
eso que me vomita,
que me destripa.
Ay, si ese hilo de muñecas,
esos ojos,
ese lenguaje indiferente,
si algo de ello permaneciese
y pudiese yo acceder
fuera de toda proyección,
toda absurdidady toda sordidez sería vana.
Ahí el placer.