...entendiendo la necesidad de un bastón para el corazón...

sábado, 27 de marzo de 2010

Dolor y placer


Todo comenzó en pequeño lugar,

un pueblo que ya no recuerdo.

Un joven desafiando unas copas

y ella observando con su alma de cazador.


Y aunque su presa nunca quiso escapar,

ella hundió su vieja espada en la piel del animal.

Pocas fueron las palabras,

rápidamente se encontraron en su cabaña sombría.


Una cama y cigarrillos, el paisaje del instinto,

del amor sin amor.

Ambos desnudos y en silencio,

sólo sus gemidos de dolor y placer.


Jugaban, invadiéndose los dos,

sonriendo sin saber por qué, flácidos, invadiéndose.

Nuevos mundos, dolor y placer,

ocultos los dos.

Y así, hasta terminar dormidos los dos,

de dolor y placer.


sábado, 20 de marzo de 2010

En unas horas (la chica del bastón)



En unas horas, mi vida entró por mi nariz;

pero no logró endurecer mi corazón.

En unos minutos mi alma se desvistió,

salió a pasear por tu jardín

y a los golpes encontró un viejo bastón

que dejaste bajo un árbol para mí.


Lo tomé y me dirigí a lo más profundo

de las montañas de tu tiempo.

Eran tan frías y oscuras como mis días,

pero un fuego me envolvía

y me dijiste que todo esto no era tan trágico.


Cité unas palabras que oí en algún camino:

el tiempo no cura nada,

el tiempo no es un doctor.

Y reíste, y lamiste mis heridas,

y te oí decir cuanto sabemos

acerca de sobrevivir.


Encendemos otro cigarrillo,

mientras un perro y el sol,

y una brisa de oscuridad

comenzaban a merodear

alrededor de nuestras tibias sombras.


Luego la despedida, el viaje de regreso,

recomenzar el día intentando percibir

si la fragilidad de mi cuerpo

era mayor a la de mi mente.

Por obvias razones

no logro recordarlo.


Sin embargo, hoy escucho

el eco de tus manos en mis ojos;

y esta hoja se mancha con mi sangre

y el veneno que expulsan mis manos.

Mi mente se aclara y mis ojos se abren,

acarician lentamente tu cuerpo

y consigo volcarme en un sueño

profundo y eterno.

domingo, 7 de marzo de 2010

Nueva luz


Creo verte como una luz
entre bosques inhabitados y solemnes.
Creo verte como un espejo posible
de un camino ya recorrido.

Creo verte pero mis ojos no ven,
solo mi alma puede captar tu escencia.

Creo verte creando música en mi,
aunque tal vez mis palabras sean solo una brisa
entre los fuegos del infierno.

Creo verte, pero ahora solo puedo regalarte
mis pensamientos ocultos,
entre recuerdos, soledad,
necesidad y proyecciones.

Espero poder verte

viernes, 5 de marzo de 2010

La nada


Puedo ver la oscuridad resplandeciente,
una historia, cine mudo en siglo XXI.
Ningún living, soledad y alcohol.

Puedo oír tus gemidos en la oscuridad,
cuentos del futuro, hijos y arte.
Ningún amor, suciedad y olvido.

Quisiera poder sentir tu piel desgarrándose,
rasguños, heridas que se infectan de tiempo,
pero la nada se hace presente, silencio sin luz.

Quisiera oler tu cuerpo desnudo,
putrefacto entre tanta hermosura lejana,
pero hasta el mismo infierno se esfuma, sueños y sed.

jueves, 4 de marzo de 2010

Besos limpios


Un día le pediste un beso limpio

y los vasos se llenaron al instante.

Y creyeron agarrar

a ese toro por las astas

pero cayeron rendidos.


Ahora tus noches se suceden tan vacías,

ya no hay vientos que te acerquen a su cuerpo,

ella sigue bailando por ahí,

diluyendose, enfermandose;

riendo bajo otros techos, entre otros dedos.