...entendiendo la necesidad de un bastón para el corazón...

domingo, 9 de mayo de 2010

Vidas privadas?


Mientras lentamente el humo se convierte en sombra,
pienso en la privacidad de nuestras vidas;
vidas de las cuales somos eternos observadores,
vidas que descubrimos, cuando un cuerpo
se refleja ante la tenue luz,a través de un espeso cristal
que se pierde en los rincones de la memoria.

No dejo de verme a mi lado, observándome,
y entonces me espero, espero el instante en que
moveré mis dedos al apagar un cigarrillo,
el instante en que moveré mis dedos
para descubrir, una vez más,
la suavidad de tu infantil piel.

jueves, 29 de abril de 2010

La boca sigue esperando


Al oír las amarillas hojas del otoño caer
resuenan tus palabras en mi boca
que recuerda tu boca
invitándola a probar de su sabor.

El humo de la helada y sombría espera,
la desnudez y el frío de mis pies,
hasta la compañia de un perro sin compañia
que silenciosamente se apoya sobre mi,
también sin compañia;
todo, todo conspira para que
esta noche no pueda hacer más
que vomitar en papel el dolor
de los asientos absurdamente vacíos
que me rodean.

Espera que se diluye en alcohol y en tiempo;
espera del cometa que ilumina
el camino tantas veces recorrido.
Espera de una boca,
de un cuerpo reflejado en sombra y calor,
de un alma que encendida en acordes y palabras
se hace cuerpo y a la vez distancia.

Espera deseosa del fin, antes del fin.

jueves, 15 de abril de 2010

Mentes débiles


Ella, una esquizo hermosa, de mente demasiado débil, espiritual. Yo, tan sólo esperaba no ser yo. Mucha gente extraña, mucho vino. Por suerte el ruido desapareció rápidamente, y nos vimos recostados sobre su cama jugando a ser amantes sin amor. Su sonrisa era tan cruel, tan vacía; pero yo no pude resistirlo y el juego se hizo realidad, aunque sólo para mi. Y entonces la suciedad no dejaría nunca de ser suciedad y el amanecer se hizo esperar demasiado. Un día más, vodka, poca luz, tango y la espera, maldita. Un libro sobre la mesa: erecciones, eyaculaciones, exhibiciones; y la música que sigue acá. El humo se mezcla en un reloj, en mi vaso, en mi cabeza. No puedo borrar el recuerdo de tanta basura derramada, sin intención creo (o espero), sobre mi alma; pero escribo y bebo, demasiado tal vez, tanto como se hace esperar el amanecer.

domingo, 4 de abril de 2010

La paz, el control, la calma


Estas son las reglas del juego
vos lo sabes muy bien,
ya no es tiempo de apostar,
hay que saber cuando parar.
Pero vos no podés
con tus ganas de matar;
vas a perder otra vez,
la paz, el control, la calma.


Y aunque la inercia controle tu rumbo
en esta vida cruel,
vos te sacas el sombrero,
ante este mundo de placer.
Y aunque se te reviente
una vena, o dos, o tres;
vos no vas a saber que hacer
para cerrar tus heridas.


La oscuridad llenandose
de palabras,
imaginando sus cabellos
entre tus dedos.
Luego un sueño profundo
tan lleno de alcohol,
por la mañana despiertas,
su imagen se desvaneció.

sábado, 27 de marzo de 2010

Dolor y placer


Todo comenzó en pequeño lugar,

un pueblo que ya no recuerdo.

Un joven desafiando unas copas

y ella observando con su alma de cazador.


Y aunque su presa nunca quiso escapar,

ella hundió su vieja espada en la piel del animal.

Pocas fueron las palabras,

rápidamente se encontraron en su cabaña sombría.


Una cama y cigarrillos, el paisaje del instinto,

del amor sin amor.

Ambos desnudos y en silencio,

sólo sus gemidos de dolor y placer.


Jugaban, invadiéndose los dos,

sonriendo sin saber por qué, flácidos, invadiéndose.

Nuevos mundos, dolor y placer,

ocultos los dos.

Y así, hasta terminar dormidos los dos,

de dolor y placer.


sábado, 20 de marzo de 2010

En unas horas (la chica del bastón)



En unas horas, mi vida entró por mi nariz;

pero no logró endurecer mi corazón.

En unos minutos mi alma se desvistió,

salió a pasear por tu jardín

y a los golpes encontró un viejo bastón

que dejaste bajo un árbol para mí.


Lo tomé y me dirigí a lo más profundo

de las montañas de tu tiempo.

Eran tan frías y oscuras como mis días,

pero un fuego me envolvía

y me dijiste que todo esto no era tan trágico.


Cité unas palabras que oí en algún camino:

el tiempo no cura nada,

el tiempo no es un doctor.

Y reíste, y lamiste mis heridas,

y te oí decir cuanto sabemos

acerca de sobrevivir.


Encendemos otro cigarrillo,

mientras un perro y el sol,

y una brisa de oscuridad

comenzaban a merodear

alrededor de nuestras tibias sombras.


Luego la despedida, el viaje de regreso,

recomenzar el día intentando percibir

si la fragilidad de mi cuerpo

era mayor a la de mi mente.

Por obvias razones

no logro recordarlo.


Sin embargo, hoy escucho

el eco de tus manos en mis ojos;

y esta hoja se mancha con mi sangre

y el veneno que expulsan mis manos.

Mi mente se aclara y mis ojos se abren,

acarician lentamente tu cuerpo

y consigo volcarme en un sueño

profundo y eterno.

domingo, 7 de marzo de 2010

Nueva luz


Creo verte como una luz
entre bosques inhabitados y solemnes.
Creo verte como un espejo posible
de un camino ya recorrido.

Creo verte pero mis ojos no ven,
solo mi alma puede captar tu escencia.

Creo verte creando música en mi,
aunque tal vez mis palabras sean solo una brisa
entre los fuegos del infierno.

Creo verte, pero ahora solo puedo regalarte
mis pensamientos ocultos,
entre recuerdos, soledad,
necesidad y proyecciones.

Espero poder verte

viernes, 5 de marzo de 2010

La nada


Puedo ver la oscuridad resplandeciente,
una historia, cine mudo en siglo XXI.
Ningún living, soledad y alcohol.

Puedo oír tus gemidos en la oscuridad,
cuentos del futuro, hijos y arte.
Ningún amor, suciedad y olvido.

Quisiera poder sentir tu piel desgarrándose,
rasguños, heridas que se infectan de tiempo,
pero la nada se hace presente, silencio sin luz.

Quisiera oler tu cuerpo desnudo,
putrefacto entre tanta hermosura lejana,
pero hasta el mismo infierno se esfuma, sueños y sed.

jueves, 4 de marzo de 2010

Besos limpios


Un día le pediste un beso limpio

y los vasos se llenaron al instante.

Y creyeron agarrar

a ese toro por las astas

pero cayeron rendidos.


Ahora tus noches se suceden tan vacías,

ya no hay vientos que te acerquen a su cuerpo,

ella sigue bailando por ahí,

diluyendose, enfermandose;

riendo bajo otros techos, entre otros dedos.

domingo, 28 de febrero de 2010

Estabilidad asistida


Perdemos estabilidad con demasiada frecuencia, y entonces mucho circo, poco pan y de clones, ni hablar. Pero no va más. De pronto agarran el único hilo que te une con la señorita esperanza y lo cortan. Sin intención de daño, eso muy claro está.
Ahora pensemos cuan necesario es un bastón para nuestro corazón. Obvio, para no perder estabilidad tan seguido, y otra vez circo y otra vez, sólo una vez más. Donde encontrarlo? siempre apretado en nuestras manos. Y si el bastón emprende el vuelo, habrá que esperar, o seguir jugando. Simplemente jugar, jugar a escribir, a recordar aquellos besos, a querer o a odiar; pero siempre jugar.
Y a seguir, con aguante y lo que sea que nos acompañe, a seguir en pie.

La reina del Halopidol



Aunque se ponga muy loca

y hasta a veces se cambie el nombre
Aunque no peine su pelo
y no se pinte la boca.

Por la tarde una niña
Por las noches unas copas de más.
Otro jueves tan sola,
otro martes sin ti.

De pequeña sonreía
una sola vez por día,
de grande juega a ser
la reina del Halopidol.

De muñeca los ojos
de rockstar la nariz
de la risa al olvido
de un infierno creyendote feliz.

De pequeña sonreía
una sola vez por día,
de grande juega a ser
la reina del Halopidol.

Puente

Mis ojos no se cruzan con tu cuerpo
pero igual yo te veo venir, te veo venir, te veo, creo.
Como una montaña de espejos que me llevan a mi infancia,
una avalancha de sueños

Y ahí estás, ya no puedo borrarte de mi mente.
Y ahí está, ya no puedo destruir este puente

Me confieso tan inoportuno, hoy te imagino desnuda
y mi corazón sigue roto.
Miro la pared como un loco, ya no se que pensar,
que tomar, que pintar, que bobo.

Y ahí estás, ya no puedo borrarte de mi mente.
Y ahí está, ya no puedo cruzar más este puente

Domingo en patio de verano sin casa gris, el corazón tal vez


Cuatro árboles mirando pájaros imaginarios,

entre vinos, rosas y estrellas.

Palabras entre palabras que se mezclan en el humo.


Brindamos sin saber por qué, y en el silencio.

Peces de ciudad sin ciudad ni rutas por las que caminar.


Palabras entre amores sin amor y

sexo frío en primavera.

Un bastón que se diluye en colores

que se borran en alcohol.


Y si todo el mundo miente

creemos en un dios piadoso

que nos muestra un encantador infierno,

que nos enloquece, entonces nos invadimos,

poco a poco.