Cuatro árboles mirando pájaros imaginarios,
entre vinos, rosas y estrellas.
Palabras entre palabras que se mezclan en el humo.
Brindamos sin saber por qué, y en el silencio.
Peces de ciudad sin ciudad ni rutas por las que caminar.
Palabras entre amores sin amor y
sexo frío en primavera.
Un bastón que se diluye en colores
que se borran en alcohol.
Y si todo el mundo miente
creemos en un dios piadoso
que nos muestra un encantador infierno,
que nos enloquece, entonces nos invadimos,
poco a poco.
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