...entendiendo la necesidad de un bastón para el corazón...

jueves, 29 de abril de 2010

La boca sigue esperando


Al oír las amarillas hojas del otoño caer
resuenan tus palabras en mi boca
que recuerda tu boca
invitándola a probar de su sabor.

El humo de la helada y sombría espera,
la desnudez y el frío de mis pies,
hasta la compañia de un perro sin compañia
que silenciosamente se apoya sobre mi,
también sin compañia;
todo, todo conspira para que
esta noche no pueda hacer más
que vomitar en papel el dolor
de los asientos absurdamente vacíos
que me rodean.

Espera que se diluye en alcohol y en tiempo;
espera del cometa que ilumina
el camino tantas veces recorrido.
Espera de una boca,
de un cuerpo reflejado en sombra y calor,
de un alma que encendida en acordes y palabras
se hace cuerpo y a la vez distancia.

Espera deseosa del fin, antes del fin.

jueves, 15 de abril de 2010

Mentes débiles


Ella, una esquizo hermosa, de mente demasiado débil, espiritual. Yo, tan sólo esperaba no ser yo. Mucha gente extraña, mucho vino. Por suerte el ruido desapareció rápidamente, y nos vimos recostados sobre su cama jugando a ser amantes sin amor. Su sonrisa era tan cruel, tan vacía; pero yo no pude resistirlo y el juego se hizo realidad, aunque sólo para mi. Y entonces la suciedad no dejaría nunca de ser suciedad y el amanecer se hizo esperar demasiado. Un día más, vodka, poca luz, tango y la espera, maldita. Un libro sobre la mesa: erecciones, eyaculaciones, exhibiciones; y la música que sigue acá. El humo se mezcla en un reloj, en mi vaso, en mi cabeza. No puedo borrar el recuerdo de tanta basura derramada, sin intención creo (o espero), sobre mi alma; pero escribo y bebo, demasiado tal vez, tanto como se hace esperar el amanecer.

domingo, 4 de abril de 2010

La paz, el control, la calma


Estas son las reglas del juego
vos lo sabes muy bien,
ya no es tiempo de apostar,
hay que saber cuando parar.
Pero vos no podés
con tus ganas de matar;
vas a perder otra vez,
la paz, el control, la calma.


Y aunque la inercia controle tu rumbo
en esta vida cruel,
vos te sacas el sombrero,
ante este mundo de placer.
Y aunque se te reviente
una vena, o dos, o tres;
vos no vas a saber que hacer
para cerrar tus heridas.


La oscuridad llenandose
de palabras,
imaginando sus cabellos
entre tus dedos.
Luego un sueño profundo
tan lleno de alcohol,
por la mañana despiertas,
su imagen se desvaneció.